jueves, 11 de octubre de 2012

Sobrevive tras ser enterrada viva



Su historia comienza con lo que perfectamente podría haber sido un final. Su novio, Marcin Kasprzak, de 25 años, le disparó con un taser (una de esas pistolas de autodefensa que disparan un alambre por el que transmiten altos voltajes de electricidad) de 300.000 voltios. 

Podría haber muerto del shock, pero por fortuna solo quedó inmovilizada. Esto lo aprovechó Kasprzak para reclutar la ayuda de su amigo, Patryk Borys, de 18 años, y maniatar a la víctima con cinta americana. También le taparon la boca. Fue entonces cuando la metieron en una caja y la llevaron a un bosque cercano a Huddersfield. Allí, se pusieron a excavar.

Como solo contamos con la declaración de Michelina, nadie sabe exactamente qué pasaba por sus cabezas en aquel momento. ¿Pensarían que estaba muerta o querían asfixiarla? Michelina solo sabe que su relación se había deteriorado mucho en los últimos meses. Se habían conocido en su Polonia natal y ahora, que vivían en casa de los padres de él ya apenas se hablaban. Kasprzak quería librarse de ella para criar al hijo que habían tenido juntos, Jakub, de tres años, él solo.

El caso es que una vez tuvieron un agujero que consideraron satisfactoriamente profundo, metieron en él la caja de Michelina y la cubrieron de tierra: "Lo hacían para que me fuera imposible salir; sentía cómo la caja se hacía más y más pequeña", cuenta ella. Entonces, los hombres se fueron.

Michelina sacó dos dedos por dos agujeros que había en la caja. Sintió la tierra. "Intentaba decidir qué hacer; empecé a darle patadas a la caja pero era demasiado pesada, tras unos minutos agobiantes, intentando como fuera tratar de salir de allí comprendí que ese era mi fin. Finalmente, cuando ya me había rendido, junte mis manos para rezar. Fue entonces cuando caí en mi anillo", confiesa la protagonista del suceso. 

Era un anillo con un diamante que Kasprzak le había regalado cuando se prometieron. Eran, sin duda, tiempos más felices. Pero igual podía salvarla ahora; gritar y golpear la caja no le estaba sirviendo de nada, así que desesperadamente con sus últimas fuerzas intentó usarlo para cortar la cinta americana. Funcionó. Probó a cortar el cartón de la caja. También.

En cuanto salió del agujero, tardó unos minutos en orientarse y dar con una carretera. Cuando llegó hasta allí finalmente se desplomó. Fue encontrada por un motorista, que rápidamente accedió a llevarla de vuelta a la ciudad. En el camino de vuelta sólo pudía pensar: "Dios, dime qué hacer ahora".

1 comentario:

Este blog no se hace responsable en ningún caso de las opiniones de sus lectores en los comentarios, así como puede o no estar de acuerdo con lo que en ellos se diga.