#1. No te precipites: Que os paséis tardes besándoos y paseando de la mano no significa que sea novios. Tener un lío está muy de moda y este tipo de amores temporales no son necesarios que la familia los conozca, ya que será incómodo tener que explicarles más tarde que ya no salgáis. Es recomendable que esperes como mínimo dos o tres meses, hasta que veas que la cosa va realmente en serio.
#2. Habla de él anteriormente: Días antes de presentarlo, es recomendable que les vayas contando a tus padres algunas cosas acerca de la persona que vas a traer, quién es, dónde vive, que estudia... y esas cuestiones típicas que ellos siempre preguntan. Así tus padres se van haciendo una idea de su yerno y no les vendrá por sorpresa cuando se lo presentes oficialmente.
#3. No lo planifiques todo al milímetro: Es un momento de nervios y el hecho de quedarse en blanco, o el miedo a no encontrar feeling mutuamente hace que nos preparemos y estudiemos previamente casi de memoria todo lo que pretendamos decir o hacer; deja que surjan los temas, ya verás como las risas y todo lo que venga será espontáneo.
#4. No reúnas a toda la familia: Una buena manera de encontrarse es en una comida o cena. Sea en casa o en un restaurante, procura que en la cita no haya demasiadas personas; es decir, resérvate a los abuelos, tíos, primos, parientes... para otro acontecimiento posterior y guárdate este para vosotros dos, tus padres y tus hermanos.
#5. Ayúdale: No lo dejes solo ante el peligro, él está tan o más nervioso que tú, y agradecerá muchísimo que le eches una mano; por lo que no estará de más que hagas algún comentario positivo de él, que si no sabe qué decir sigas tú la conversación, que le defiendas si tus padres "le atacan"...
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